Painting under the sign of BIOPIC

La pintura bajo el signo del Biopic

Manuel Rodríguez Vargas

Universidad de Granada, España

Abstract

When Ricciotto Canudo asserted: “We need Cinema in order to create the total art towards which all the others, since the beginning, have tended. The Seventh Art reconciles all others in this way”, everyone did not know to what extent these words would transcend. Thereby, cinema is always interested in a lot of themes, and one of them is art and artists, for this reason, it is not surprising then that a large number of painters have had a biopic, and all this had a great acceptance by the general public, because what until that moment was in the history books, could now be visualized through the big screen.
However, artworks are not, in principle, too attractive material to elaborate a narrative so, it is common that biographical films about these great creators to pay attention to their mood swings, their often difficult character and the historical context in which they moved. So that, Michelangelo, Leonardo da Vinci, El Greco, Caravaggio, Vermeer, Rembrandt, Goya, Turner, Renoir, Van Gogh, Rodin, Modigliani, Dalí, Picasso, Frida Kalho or Pollock and their respective films will be studied and analyzed in this investigation. Thus, we are able to recognize and bring the talent of each of them, and the circumstances in which some of his most famous works were developed.

Keywords: Biopic, Cinema, Painting, Art, Education.

Introducción

El Cine y la Historia del Arte han sido dos disciplinas que de una u otra manera han estado intrínsecamente ligadas, inspirándose o apoyándose la una en la otra, bien para complementar sus respectivos discursos, o bien, sin embargo, para culminar una idea inconclusa. En cualquier caso, ambas persiguen la fidelidad en cuanto al estilo, la luz y la ambientación. A través de este estudio prestaremos atención a algunos ejemplos de largometrajes donde el arte, y más concretamente los artistas, han sido sus protagonistas con el objetivo de aproximarnos a la creación artística de una manera más sensorial, y hacerlo igualmente accesible a iniciados y a estudiantes en el proceso de formación no solo en Arte, sino a las Humanidades en general.

Cine y Arte, una dualidad rentable

La Historia del Arte se ha presentado a la esfera del cine como un imparable caudal de temas y biografías con las que nutrir a la propia cinematografía, normalmente históricas, donde a través de géneros como el biopic, se nos ha introducido en una época histórica determinada, y con ella, en la mente o personalidad de un artista concreto, el cual a través de avatares privados y ajenos a tenido la oportunidad de forjar un carácter que fue dando lugar a una estética propia, y número de obras determinadas.

Para ello, las ubicaciones para dichos largometrajes han tenido que ser celosamente escogidas para rodear a estos trabajos, de un ambiente propicio para la época o periodo que se disponían a recrear; y con ellas, un elenco de pinturas y esculturas, y un vestuario con el que envolver cada una de las escenas con una fidedignidad acorde con la esperada calidad del proyecto emprendido.

Así pues, el cine histórico, y más concretamente el artístico, ha sabido exprimir las historias personales de los artistas, convertirlos en los verdaderos protagonistas de la historia y del momento en que viven. De hecho, más allá de las obras de arte, y en su afán de no hacer una película sólo para aficionados al arte, se han recreado en detalles y matices personales para poder volcar todo tipo de recursos cinematográficos, perjudicando inexorablemente la cinta, la cual tendría suficiente fuerza de por sí, solamente aludiendo a los componentes propiamente artísticos.

La periodista Beatrice Sartori defiende que la vida de los pintores sirven a los cineastas para erigir parábolas a cerca de la condición humana, sosteniendo a la vez que, son las biografías las que más caen en los estereotipos asociados al artista romántico, presentado a éste como a un drogadicto, epiléptico, sensual, rebelde creativo y apasionado, ya que las películas suelen tomar el atajo de mostrar a los pintores como genios locos y es cada vez más difícil desafiar a este estereotipo.

En numerosas ocasiones una película histórica o incluso una biografía artística hace posible que nos aproximemos a un artista, y es este hecho es muy beneficioso no sólo para el espectador neutral, sino también para una posible relación profesor-estudiante que, desde el ámbito académico encuentran el instrumento perfecto para hacer llegar el conocimiento, el entorno y/o el contexto en el que se inserta la creación artística de un autor. De esta manera, nos disponemos a referir y enumerar desde el siglo XVI hasta el XX, algunas de las más sobresalientes obras cinematográficas, que por su trascendencia y calidad, son merecedoras de estar en el presente discurso.

El siglo XVI

El siglo XVI tiene su representación en las personalidades de Miguel Ángel, El Greco, Pontormo, Cellini, y el mismo Leonardo da Vinci, aunque éste último se nos brinda a través de una serie.

Uno de los largometrajes más célebres es, sin duda, El tormento y el éxtasis (1965), donde se nos narran las relaciones entre Miguel Ángel y el Papa Julio II, bajo el marco incomparable de la Capilla Sixtina, una de las grandes obras del artista florentino, pese a la condición de escultor de éste, y a su fuerte temperamento. Charlton Heston encarna al maestro, mientras que Rex Harrison da vida al papa.

Fig. 1. Fotograma de El tormento y el éxtasis (1965). Fuente: El viajero incidental

Otra personalidad a tener en cuenta sería El Greco, al cual se han dedicado dos películas, la primera de ellas El Greco (1966), donde se proyecta una historia de amor mezclada con su dimensión artística, la «Inquisición», intrigas palaciegas con localizaciones en España; una adaptación que sería superada por la vistosa cinta El Greco (2007), dirigida por Yannis Smaragdis, donde la Inquisición tiene un protagonismo mayúsculo, encarnada en la persona del cardenal Niño de Guevara, el cual será capaz de llevar al artista griego hasta el límite. Asimismo, la corrientes manieristas vendrían reforzadas, por una lado con la obra de Giovanni Fago: Pontormo, un amore eretico (2004), un filme basado en algunos de los pasajes que se conservan del diario del pintor florentino renacentista Jacopo Carrucci, conocido como Pontormo; y por otro lado, la presencia del controvertido Benvenuto Cellini, con cintas como El magnífico aventurero (1963) o Cellini, una vida violenta (1990), en las cuales destaca no solo la virtud de Cellini como escultor y orfebre, sino también su condición de guerrero. Por último, hay que destacar la serie de televisión de La vida de Leonardo da Vinci (1971), donde a través de 5 capítulos se nos esboza la vida del propio Leonardo, atravesando no solo los entresijos personales y políticos, sino también todo lo relativo al proceso de creación de sus obras, ubicadas en su etapa concreta, con un vestuario sobresaliente.

El siglo XVII

El siglo del Barroco ha sido proyectado en numerosas obras cinematográficas, no solo a través de sus fastos, sino focalizándolo al mundo desde la cultura y las artes, poniendo la vista en diferentes escritores, músicos o artistas, y aprovechando el hilo de estos últimos, uno de los más destacados es, sin duda, Caravaggio (1986), donde se nos ofrece una adaptación alternativa de la vida y obra de Michelangelo Merisi; Caravaggio, en una película repleta de anacronismos (antros iluminados con luces eléctricas, actores con calculadoras electrónicas o máquinas de escribir…). Así, mediante estas desconcertantes imágenes, Derek Jarman -el director- nos descubre una realidad impostada y recurre al anacronismo para asombrar de una manera inusual. No sería el primer filme referente al pintor milanés, ya que en 1941 ya habría sido estrenada la célebre película Caravaggio, el pintor maldito. Pero el biopic definitivo y más fiel a la historia real de Caravaggio está en la homónima adaptación televisiva de 2007, en la que se recrean bastantes detalles de la azarosa vida del artista, y desde luego, un buen puñado de pinturas.

Fig. 2. Fotograma de La joven de la perla (2003). Fuente: Idios Greco

Consecuentemente, una seguidora de la estética «caravaggesca», es sin duda, Artemisia Gentileschi, la cual, mediante la película de Artemisia (1997) nos da a conocer las dificultades que las mujeres tenían para hacerse un hueco en el mundo del arte, las cuales se encontraban bajo tutela y supervisión masculina. Aunque la crítica afirmó en su momento que no se ceñía fielmente a la historia real, da buena cuenta de sus peripecias, no solo en lo referente a su vida, sino también a su arte.

Asimismo, hemos de referirnos a otro de los grandes largometrajes dentro del biopic artístico, y no es otra que La joven de la perla (2003), considerada como una verdadera joya cinematográfica no solo por la crítica, sino también por el público en general, ya que cuenta con una ambientación sobresaliente, que sobrepasa, con mucho, al resto de las de su género. En ella se dan aspectos a valorar como el fenómeno de mecenazgo, el retrato de las gentes del tercer estado, las relaciones entre modelo y artista, en un ámbito donde casi podemos oler una casa holandesa

del siglo XVII, gracias al cuidado interiorismo con que Vermeer dotaba a sus obras, las cuales algunas de ellas son deslizadas en el film. En contraste, y sin salir de la patria de Vermeer, nos topamos con el otro genio holandés, que no es otro que Rembrandt, del que podemos disfrutar de la primera película en 1936: Rembrandt, en la cual se narra la vida del pintor tras la muerte de Saskia —su esposa— y lo que supondría posteriormente para su paleta y la temática de sus obras. Pero en absoluto sería la última contribución de lo «rembrandtiano» al cine, ya que unas décadas más tarde, nos toparíamos con Rembrandt fecit (1977), en la que se vislumbra una clara intención de recrearse en el auge y zozobra del artista, y hemos de añadir que, a pesar de su lento ritmo, nos presenta una película más que correcta, donde la introspección psicológica de los personajes es muy elocuente. Nos presenta un pintor anciano que realiza una serie de autorretratos donde parece penetrar en su alma solitaria y melancólica a la vez que repasa su vida llena de éxito y fracasos.

Fig. 3. Fotograma de Rembrandt (1999). Fuente: BlogArte e Historia

Otro filme biográfico a cerca del genio holandés es Rembrandt (1999) la cual es relatada desde un flashback, presentándonos 40 años de la vida de Rembrandt, donde la luz dorada y cálida estarán presentes en su época de éxito y ventura, tornándose en luz plateada en los momentos de desdicha, ya en los últimos años de su vida. También se nos presenta al artista como un genio inusual que choca constantemente con una sociedad conservadora. Algunos de los cuadros de Rembrandt parecen cobrar vida como La lección de anatomía del doctor Tulp (1632) o Ronda de Noche (1642), además de numerosos retratos, destacando el «tableau vivant» de Jan Pietersz y su esposa (1633). Y por último, la obra más reciente la encontramos en el título de Rembrandt en Ik (2011), una serie de televisión de 4 episodios que nos narra la vida del famoso pintor a través de los ojos de su familia y amigos más cercanos, y los entresijos tanto su trabajo, como especialmente su agitada vida.

El siglo XVIII

El siglo XVIII está cubierto por un nombre propio: Goya, el inclasificable pintor aragonés, al cual encontramos presente en multitud de estilos e ismos, y que podemos contemplar a través de películas como Goya, el difícil camino del conocimiento (1971), donde bajo un atmósfera religiosa casi asfixiante, se nos presenta una cinta que discurre desde los felices años de Goya en palacio donde alcanza fama y cercanía con buena parte de la nobleza y la realeza, hasta el más absoluto desvarío que llegaría con la ocupación francesa de España y los desastres de la guerra. Destacan sobremanera algunos planos donde se aprecian algunos cartones para tapices, así como retratos; en el film se dan cita la superstición y la Inquisición, las cuales aparecen genialmente ambientadas en solventes autos de fe. Los grabados también constituirán un apartado a considerar, especialmente la serie de Los Caprichos (1799).

Fig. 4. Fotograma de Goya, la historia de una soledad (1971). Fuente: Mubi

Un largometraje que suscita gran interés es Goya, la historia de una soledad (1971), una cinta que aborda la figura de Goya a través de sus más célebres pinturas como son el Autorretrato (1785), La maja desnuda (1797) o Los fusilamientos del 3 de Mayo (1814), entre otras. Situada en la etapa más dramática del pintor, el filme va desde sus relaciones con la Duquesa de Alba a su exilio en Francia, dejando por el camino bellas secuencias de la vida del artista. Pero el biopic más genuino lo encontraremos en la serie televisiva de 1985: Goya, la cual se encuentra perfectamente ambientada, y donde no se escatiman detalles de ningún tipo, ni de índole artística ni histórica, de ahí su gran valor didáctico. No en vano, el título de los seis capítulos son reveladores del tiempo histórico que abordan. En el primero de ellos: La cucaña, en la que se abordan los acontecimientos ligados a su infancia, y sus inicios en el campo de la pintura de la mano de José Luzán y el entramado de ciertas relaciones humanas que le serán muy provechosas en el futuro. Otros aspectos a destacar es el viaje a Italia, y el asunto de la Real Academia.

Fig. 5. Fotograma de la Serie: Goya (1985). Fuente: La Aldea de los Molinos de Agua {Sueños de Cine}

En el segundo episodio: Pintor del rey, se pone de manifiesto el cierre de la Real Fábrica de Tapices de Santa Bárbara, una dificultad para el joven Goya, que sin duda será paliada una vez que entre en contacto con el círculo de la realeza, y con la nobleza que la rodea, especialmente en cuanto a retratos se refiere. En el tercer episodio: Cayetana, emerge con gran fuerza una figura femenina de la que se cree que tuvo gran influencia en Goya, no solo en el apartado artístico sino también en el personal, se trata de la Duquesa de Alba, de la que se dice que, al enviudar pudo tener un romance con el pintor. Para el cuarto episodio: La familia de Carlos IV, Goya se convierte en el pintor de cámara del rey, y eso le lleva a pintar al monarca y a su familia. Posteriormente, los franceses invadirán España, y José I será entronizado. También serán los años en los que fallezca la Duquesa de Alba. El quinto episodio: Yo lo vi, hace hincapié en los desastres que supusieron la insurrección del pueblo madrileño contra el enemigo francés, y los estragos que supuso aquella contienda; Goya no pudo permanecer inmóvil ante aquello y su pintura fue su testimonio. El sexto y último episodio: La quinta del sordo, se presenta como el epílogo a su vida, y evoca al desconcertante mundo que le rodea, y que su paleta no cesará de representar y denunciar.

Fig. 6. Fotograma de Goya en Burdeos (1999). Fuente: JustWatch

Y para cerrar el programa «goyesco» hemos de hacer referencia a Goya en Burdeos (1999), una película que aborda la figura del pintor bajo una estética tétrica por momentos, aunque el resultado final es la de una obra de arte en sí, lo que hace que tenga un aporte pedagógico fastuoso. La evocación a la España de Fernando VII es casi constante, y se detrae un idea de descomposición del país casi constante; por contra, el aire fresco en la narración viene aportado por las relaciones del propio Goya con personalidades como Leandro Fernández de Moratín o Rosarito —su ahijada—. Entre tanto, son innumerables las situaciones que acontecen en la vida de Goya, desde su enfermedad, un hecho recogido en la cinta, como una clara vocación hacia los retratos, los cuales los tuvieron ocupado durante buena parte de su vida. Debido al flashback en la que vive inserto el largometraje, nos retrotrae hasta los inicios de la vida del artista con imágenes propias de los cartones para tapices donde eran frecuentes los temas ligados a la «alegría de vivir». Igualmente, desde el principio se da buena cuenta de la atracción de Goya por el grabado, y por diversos temas como es la Tauromaquia, además de dejarse ver el procedimiento de la elaboración de un grabado con el accionamiento de una de las planchas. Y para concluir, la historia culmina con los excesos acontecidos el 3 de Mayo, con los conocidos «fusilamientos», relatada con un estilo teatralizado y con luminiscencia expresionista. Fuera del recorrido de Goya, y concerniente a este mismo siglo XVIII, se debe llamar la atención hacia el filme de Monvoisin (2009), que relata la historia reciente de este pintor francés, un eminente retratista que se convertiría en uno de los grandes representantes de los pintores viajeros. En este caso, Monvoisin se volcaría en América del Sur, dejando una profunda huella en Chile, donde retrataría, a lo más nutrido de la alta sociedad de dicho país.

El siglo XIX

El siglo XIX se presentaría, desde el punto de vista artístico, como uno de los siglos más prolíficos, debido no solo al amplio elenco de lenguajes plásticos, sino a la extensa variedad de complejas tendencias, que van: desde la serenidad del Neoclasicismo hasta la exaltación romántica; o desde la presentación de la más cruda realidad hasta la indolencia impresionista. De este modo, en la centuria decimonónica encontraremos un grupo heterogéneo de artistas que nos ofrecerán un arte muy distinto dependiendo de la década donde nos hallemos.

Fig. 7. Fotograma de Mr. Turner (2014). Fuente: Christie´s

Por ello, el primer largometraje donde nos detendremos será Mr. Turner (2014), la cual bajo una gran puesta en escena, hace que emerja una sensacional película que pone de relieve la magnificencia de la figura de William Turner. Un relato intimista e individualista que hace un retrato casi perfecto de la sociedad de las primeras décadas del siglo XIX. Son muchas, sin duda, las obras de Turner, mostradas en la película, donde se recrean las magníficas atmósferas que el pintor inglés era capaz de mostrar de una manera sublime. Sobresalen algunas como Tempestad de nieve. Barco de vapor frente a Harbour´s Mouth (1842), del que se afirma que para su composición, el propio Turner se hizo atar al mástil del barco durante cuatro horas bajo un verdadero vendaval. Otro notable filme con el que nos toparemos es Renoir (2012), donde la naturaleza —el verdadero estudio del pintor— cobra vida propia y constituye una búsqueda de la belleza desde el punto de vista filosófico. Por supuesto no se trata de una biografía propiamente dicha, ya que se muestra como la crónica de un momento concreto, sobre el que se proyecta la convicción estética y existencialista del pintor [Renoir], junto a una serie de reflexiones sobre el arte y la inspiración, en paralelo con las ambiciones artísticas, tanto de la modelo de Renoir, como del neófito cineasta, que encarna la figura de su hijo. Plásticamente es extraordinaria, aunque más por sus componentes pictóricos, que por sus matices narrativos o dramáticos.

Fig. 8. Fotograma de Renoir (2012). Fuente: Fundación Arteficial

Otra figura femenina, la encontramos en la película de Berthe Morisot (2012), la cual es como un cuadro en movimiento, las escenas y los ambientes, parecen sacados de los lienzos reales de la propia Morisot, los cuales aparecen en todos los rincones de la cinta, suponiendo esto una ocasión única para acercarse a la persona y a la artista, además de reflejar la intensa relación con Manet. Dentro de esta vorágine de artistas impresionistas, hemos de señalar la presencia de Joaquín Sorolla, que bajo el título Cartas de Sorolla (2006), un interesante y agradable biopic, basado en la obra del artista valenciano, el cual es descrito en primera persona, en mayor medida, a través de las cartas que el artista remitía a su esposa, Clotilde García. La filmación, didácticamente es grandiosa, no solo ya, por la ingente cantidad de obras que se muestran, sino por la sucesión de contextos distintos que se generan, como es la lucha contra el academicismo, la pugna con la aparición de la fotografía, o los continuos viajes que muchos de los artistas de la segunda mitad del siglo XIX emprendieron hacia varias direcciones; el caso de Sorolla no sólo se circunscribió a Europa [Francia e Italia] sino que transcendió hasta Estados Unidos, donde obtuvo un notable éxito. Más allá del estilo impresionista, emergerá lo que se conoce como postimpresionismo, en el que encontraremos filmes como Cézanne y yo (2015), en la que se aborda las personalidades artísticas de Cézanne y Zola, a través de continuos flashbacks, componiendo al final un interesante biopic. En la cinta despuntan las alusiones a los impresionistas, los cuales aparecen en los típicos cafés parisinos, y también los salones, los cuales provocarán más de un sofoco a los artistas inmersos en las exposiciones; destacan por encima de todo, los paisajes pintorescos, ya que era allí, donde el gran maestro postimpresionista, Cézanne, acudía para evadirse y componer obras inspiradas en la misma naturaleza.

Fig. 9. Fotograma de El loco de pelo rojo (1956). Fuente: El correo de Andalucía

Paralelamente a Cézanne, situamos a un personaje de talla mayúscula como es Van Gogh, el genio holandés que tuvo su primera gran proyección cinematográfica a través del largometraje El loco de pelo rojo (1956), que se erige de forma vibrante y solvente, mostrando una biografía que se inmiscuye hasta lo más profundo del ser del artista. Pero si hay algo que enfatizar son los magníficos «tableaux vivants» que manifiesta este film y que nos brinda la posibilidad de sumergirnos en la pintura de Van Gogh, como si de una ventana contigua se tratara. Nos referimos, por ejemplo, a obras como Comedores de patatas (1885), la cual es exhibida por la cinta de una manera extraordinaria, donde son captados los matices lumínicos con una calidad excelsa. Pero el caso de Van Gogh, en la gran pantalla, es uno de los más abundantes, por ello otra ejemplo sería Vincent y Theo (1990), que sin tener el empaque ni la calidad que la anterior, plantea la trama en torno al retrato psicológico del propio Van Gogh, bajo el cual nos muestra sus filias y sus fobias, lo que provocarán varias discusiones a lo largo de su vida con diferentes personas allegadas, pero también cuenta con escenas de bella factura. Un año después, se anunciaría Van Gogh (1991), que detapa los últimos siete meses del artista, a un ritmo lento, presentándonos a un Vincent Van Gogh maduro, el cual es analizado a través de un prisma que deambula entro lo facultativo y lo filosófico. Así pues, observamos una visión íntima y personal del artista, que trasciende más allá de los meramente artístico, y que nos introduce en los detalles más cotidianos y costumbristas del final de su vida, y que encuentra un remanso de paz en Auvers, y concretamente con el Dr. Gachet, el cual como coleccionista de arte, mostrará su colección a Van Gogh, y éste a su vez compondrá un Retrato del Dr. Gachet (1890). Más contemporánea se manifestaría The eyes of Van Gogh (2005), una excéntrica propuesta del genial pintor holandés, desde el punto de vista de la enfermedad de éste, donde se recorre buena parte de la vida del artista; desde la negativa de su prima a entablar una relación sentimental hasta la insufrible convivencia con Gauguin. De este modo, la locura del artista, se expresa a través de sueños y alucinaciones, y constituyen una rebelión contra las estrictas normas sociales, producto del maltrato colectivo. Otra cinta a cerca del pintor holandés sería The yellow house (2007), donde avistamos que el largometraje está ceñido a la etapa en que Van Gogh y Gauguin comparten casa en Arlés hacia 1888, y está relatada a partir de los acontecimientos que el propio Gauguin cuenta a Theo, una vez sucedidos los hechos que hicieron que Gauguin abandonara para siempre la compañía de Van Gogh. El filme nos revela a un Van Gogh, cuanto menos, paranoico y desordenado, y en el que Gauguin tiene que descubrirle algunas nociones básicas, no solo de orden personal, sino también de contabilidad doméstica; este hecho marcará el primer altercado entre los dos pintores y que, sin duda tendrá su huella en la paleta de ambos.

Fig. 10. Fotograma de Van Gogh a las puertas de la eternidad (2018). Fuente: CineFreaks

El apartado de la series televisivas también tendrán su hueco a partir de The Van Gogh Legacy (2013), que como todos los biopic, la historia recorre desde la infancia del artista hasta su muerte, pero en esta ocasión nos inserta la figura del sobrino del artista, heredero y depositario de la obra de Van Gogh. Fragmentada en 4 episodios nos narra los hechos más relevantes de la vida del pintor.

Y por último, la adaptación más reciente es Van Gogh, a las puertas de la eternidad (2018), en la cual se escenifica de manera expresa el apego de Van Gogh con la naturaleza, no como modelo de copia, sino como elemento inspirador. Algo innovador, en la película, es que la cámara, se mueve simulando los movimientos del propio pintor, buscando que el espectador se mimetice con el artista, y con su paranoia, y que coincida con esa mirada borrosa y alucinadora. Fue esta compleja mirada, el problema de la aceptación con respecto a la gente de su alrededor, lo cual hizo imposible su rehabilitación. La película nos regala momentos de gran belleza, especialmente cuando nos propone un plano en el que podemos advertir esa pincelada pastosa y llena de vigor, que le llevaría al desempeño de obras como Los Girasoles (1888).

Fig. 11. Fotograma de Gauguin: Viaje a Tahití (2017). Fuente: Otros Cines

Precisamente su compañero de fatigas en Arles, Paul Gauguin, también tendrá algunas adaptaciones cinematográficas entre las que destaca Gauguin el salvaje (1980), donde el artista es presentado como uno de los padres de la pintura moderna, y se puede advertir las circunstancias en la que se dio su vida artística y personal. Seis años más tarde, sería Donald Sutherland quien encarnaría al pintor en Lobo Salvaje (Oviri) (1986), aunque el recorrido de Gauguin se circunscribiría al momento en que regresa a París en 1893 después de su estancia de dos años en Tahití, y también la confrontación con su esposa, hijos y una amante. Se trata, pues, de una película de cierta complejidad, ya que aborda bastantes temáticas y todas conectadas entre sí, como es la vida, la muerte, la pobreza, la fidelidad, e incluso temas que tienen que ver con el arte en sí. Hemos de incluir en esta terna El paraíso encontrado (2003), una película contada a partir de un flashback continuo, y que contiene algunos elementos de gran valor como es el guion, y unos exteriores y paisajes, en los que se ubica a los isleños, los cuales luchan por preservar sus iconos religiosos frente a lo que llega desde el exterior; y finalmente la más exótica de todas: Gauguin: Viaje a Tahití (2017), que abarca un corto periodo de tiempo de la vida del artista, desde 1891 hasta 1893, y que le llevaría a la Polinesia francesa, lo que hará que la cinta desprenda, desde el primer momento, un halo de espiritualidad y salvajismo que haga que empaticemos pronto con el personaje.

En otro orden de cosas, pero transitando por la misma cronología, hemos de comentar el fenómeno de Toulouse Lautrec con largometrajes como Moulin Rouge (1952), el cual nos enseña, de forma grandiosa y genial, un resuelto biopic de la figura de Henri de Toulouse-Lautrec, mostrando con gran solvencia la breve vida del genial pintor francés, ya que es fiel a la vida del artista, y refleja fidedignamente los bohemios ambientes parisinos de los últimos años del siglo XIX.

Fig. 12. Fotograma de Moulin Rouge (1952). Fuente: UCLA Film & Television Archive

No sería la única cinta a cerca del artista postimpresionista, ya que más de medio siglo después aparecería Toulouse Lautrec (1998), evidenciando unos personajes quizás más vacíos que la versión de 1952, pero lo compensa grandemente con su fantástico atrezzo y ambientación, aún así, percibimos a un Toulouse Lautrec, más desde el punto de vista vital que artístico, pero que ayuda igualmente a completar el aspecto psicológico del personaje.

El siglo XX

El siglo XX hemos de escudriñarlo desde la perspectiva que proyecta el final del siglo XIX, poniendo el acento en el aspecto político-filosófico, y cuyo testigo será recogido en la nueva centuria, que será reflejada a través de las vanguardias artísticas y otros movimientos como el modernismo en un primer momento; no en vano, la primera película que trataremos en este siglo XX será Klimt (2006), un artista «a caballo» entre los siglos XIX y XX, y un largometraje que no es un biopic al uso, y que transita terrenos que nos hace vislumbrar la figura de Klimt como un artista enajenado y trastornado, que frecuenta círculos donde se mueve la intelectualidad, pero que no halla de manera inmediata el éxito. Sin embargo, una figura que se situará en pleno siglo XX es Schiele, el cual cuenta con dos filmes sobre su vida y obra, la primera de ellas es Egon Schiele: Excess and Punishment (1981), donde la vida del artista se adviene en este biopic como un auténtico rompecabezas, ya que la película muestra fragmentos del pasado y el futuro, de una manera un tanto anárquica, y que dificultan el entendimiento de la figura de Egon Schiele, un pintor enigmático.

Fig. 13. Fotograma de Egon Schiele (2016). Fuente: Cinefiia Sant Miquel

Pero ello, no es óbice, para que podamos adentrarnos dentro de la psicología artística del pintor austriaco, discípulo de Klimt, y que apostó por una pintura caracterizada por la sensualidad, y por su cercanía con lo erótico; la otra película llevaría por nombre Egon Schiele (2016), y se desmarcaría de la anterior, no solo por recrear la dimensión artística del pintor de forma más explícita, sino por mostrar los altibajos personales y circunstanciales de la vida del propio Schiele de una manera mucho más lineal. De hecho la cinta capta perfectamente el ambiente de preguerra, la visita a la cárcel del artista, acusado de corrupción de menores debido, entre otras cosas, por la intransigencia de las autoridades por el arte erótico y por el desnudo que destilaban sus obras de arte. A partir de aquí, el siglo XX seguiría transitando entre pinceles expresionistas, así pues, la película Edvard Munch (1974), vendría a abrirnos el espectro de las primeras vanguardias, se trata de una de las adaptaciones más eficaces que se han realizado a cerca de la mentalidad y del ambiente del pintor noruego, y además relata el proceso artístico de manera extraordinaria. La manifestación de los trastornos emocionales, políticos y sociales de la época están portentosamente captados, y un hecho que ayuda a su comprensión es su proximidad con la estética de un documental, ya que algunos actores se dirigen directamente al espectador. Siguiendo por esta vía nos encontraríamos con Modigliani y la celebérrima película de Los amantes de Montparnasse (1958), donde avistamos a un Modigliani difícilmente clasificable en algún estilo y vanguardia, aunque hay quien lo integra entre las corrientes expresionistas y fauvistas, pero que da como resultado unos retratos que tienden a lo cubista; igualmente es apreciable la vida bohemia de los artistas durante la segunda mitad del siglo XIX en «Montmartre», teniendo su continuación en las primeras décadas del siglo XX en el bullicioso barrio de «Montparnasse». Pero Modigliani tendría al menos dos películas más, la primera de ellas es Modi (1990), cuya historia transmite el interés de unos artistas en otros, en un momento políticamente complicado, con el ascenso de los fascismos, y la aparición de importantes corrientes de vanguardia, por las que Modigliani pasó casi desapercibido, pues no se adhirió a ninguna, aunque también es cierto que bebió tímidamente de todas ellas; la segunda es Modigliani (2006), una película que tiene como escenario el París del final de la «I Guerra Mundial», hacia mayo de 1919, y está acometida siguiendo el esquema de un biopic, acudiendo frecuentemente al flashback para evocar detalles del pasado que tiene una proyección en el presente del artista.

Fig. 14. Fotograma de Modigliani (2006). Fuente: Taste of Cinema

Como es habitual en este tipo de filmes, la presentación de ambientes bohemios y cafés repletos de artistas son una constante, pero en este caso, se focaliza en la rivalidad que mantienen Modigliani y Picasso y sus propios entornos, conformando así, una mezcla de admiración y odio mutuos. Ya adentrándonos en el terreno del cubismo y el surrealismo nos tropezaríamos con figuras como Dalí, el cual, a través de obras como Sin límites (2008), se aprecia la convivencia de Salvador Dalí, Luis Buñuel y Federico García Lorca en la Residencia de Estudiantes de Madrid, siendo la gran atracción de este metraje, y en la que habrá una conjunción entre el arte de la literatura y el de la pintura. Igualmente hay que nombrar a Miss Dalí (2018), que nos habla de las interacciones entre Anna Maria Dalí y el propio Salvador Dalí, en el ambiente de un siglo colmado de guerras, dictaduras y de cambios culturales, sociales, políticos y artísticos. También hemos de referirnos al futuro estreno de Dalí Land (2020), la cual estará ambientada en Nueva York y España en los años setenta y relatará la historia del pintor y su esposa. Prosiguiendo con el surrealismo, pero cambiando de continente (América) convergeríamos con la aparición de Frida Kahlo, y concretamente con dos proyecciones de ésta: la primera la hallaríamos con Frida. Naturaleza viva (1983), donde en su lecho de muerte, la pintora Frida Kahlo recuerda diferentes pasajes de su vida. El segundo largometraje sería Frida (2002), un filme sobre la famosa pintora mexicana Frida Kahlo, centrada en su tormentosa relación con Diego Rivera, desde su larga y complicada relación con su mentor y marido, hasta su controvertido e ilícito affaire con León Trotsky.

Fig. 15. Fotograma de Frida (2002). Fuente: MichelleUz

El otro gran artista del siglo XX es Picasso, y tiene su proyección fílmica en obras como Sobrevivir a Picasso (1996), un drama que retrata la vida del universal pintor, sus amores y pasiones, y que ofrece una factura técnica elegante y fina. En el campo de las series, destacamos El joven Picasso (1994), que describe la juventud de Pablo Picasso hasta el momento en que acaba su legendaria obra Las señoritas de Avignon (1907). Por otro lado, señalamos la serie Genius: Picasso (2018), donde el artista es interpretado por Antonio Banderas, en un espectacular drama de 10 capítulos donde se repasa la vida del genio malagueño y su contribución a la transformación del arte moderno, dejando entrever sus tumultuosos matrimonios y encuentros apasionados, así como su relación con artistas como Henri Matisse, Marc Chagall o Jean Cocteau. Para cambiar totalmente de registro hemos de sugerir a unos de los principales representantes del arte de la abstracción, y que viene singularizado en el filme de Pollock (2000), inspirada en la Nueva York de 1940, y en un momento en que el artista empieza a crear una obra extraordinariamente original que lo convierte en el primer pintor moderno de los Estados Unidos, pero la fama y la fortuna llegan acompañadas de dudas existenciales y episodios violentos.

Fig. 15. Fotograma de Pollock (2000). Fuente: Fila Siete

Tampoco hemos de pasar de soslayo la personalidad y la película de Georgia O’Keeffe (2009) reconocida como la «Madre del modernismo estadounidense», en la que se plantea una sencilla y tradicional biografía donde se pueden descubrir las maravillosas pinturas de su protagonista, vivas en colores, llenas de movimiento y latentes de subtextos sexuales, mentales y amorosos. Y para cerrar este nutrida nómina de largometrajes nos dirigimos a la película de Basquiat (1996), en la que se nos ofrece la carrera de Jean-Michel Basquiat, un joven pintor vanguardista que pintaba grafitis en Brooklyn y llegó a ser uno de los personajes más controvertidos y famosos de la pintura contemporánea mundial.

Conclusión

El cine son muchas cosas, pero por encima de todo constituye una gran fuente para el recreo y el entretenimiento, pero además de eso se erige como el ente en el que podemos echar a volar la imaginación, tanto del que lo produce, como del receptor.

En este sentido, recrear la vida de los grandes artistas de la Historia del Arte en la gran pantalla, es un reto, el cual merece la pena estimar, ya que en este acto, nuestra imaginación se pone al nivel del director cuando se prepara a disponer todos los elementos necesarios para filmar una obra de un tiempo pasado, con todo lo que ello conlleva: como la consulta de fuentes primarias a cerca de las semblanzas de estos artistas, sus anécdotas, un guión que se ajuste a los parámetros y formas de pensar de una época, un vestuario que esté contrastado no sólo en las crónicas sino también en la propias obras de arte, etc.

El biopic, un género tan denostado como requerido en tantas ocasiones, se pone a disposición del espectador, para nutrirse de una manera directa de las alternativas vitales y artísticas de sus protagonistas. Hasta ahora, la Historia del Arte había sido aprendida en los libros de arte, en la biografía de artistas, o incluso en museos y galerías, pero desde hace pocas décadas aparece el fenómeno del cine, unas veces de manera más precisa que otras, para intentar transmitir cómo fue la vida y obra de los grandes maestros.

Es seguro que los amantes de la Historia del Arte gustarían de poder incluir en la terna existente, algunos artistas, los cuales aún no ha tenido “su” largometraje. Así pues, es preciso conocer que, hasta ahora, los pintores a los que se han dedicado algún filme han sido aquellos los cuáles han tenido una vida atormentada, o cuya época en la que les ha tocado vivir es, como mínimo, controvertida. De este modo es difícil que nos topemos con películas sobre Rubens, Velázquez o Rafael, ya que éstos gozaron de fama y estabilidad durante sus vidas, y ese hecho les aleja de la filmografía, que entienden que no tienen nada especial que mostrar.

En cualquier caso, la lista que está a nuestra disposición es considerable, y además ampliable, si añadimos artistas de otras disciplinas como la escultura o la arquitectura. Todas estas películas conforman un listado valiosísimo, que resulta útil no sólo al ámbito educativo, para ilustrar contenidos, sino también en aquellos interesados en el Arte a cualquier nivel.

Bibliografia

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Artículos en revistas

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El magnífico aventurero. (1963). De Riccardo Freda. Italia: Les Films du Centaure / Panda Societa per l’Industria Cinematografica / Hispamer Films

Cellini, una vida violenta. (1990). De Giacomo Battiato. Italia: Beta Taurus / Cinémax / Leader Cinematografica / Radiotelevisione Italiana (RAI).

Pontormo, un amore eretico. (2004). De Giovanni Fago. Italia: Eagle Pictures, AB Film Distributors.

La vida de Leonardo Da Vinci (Serie TV). (1971). De Renato Castellani. Italia: Radiotelevisione Italiana (RAI) / TVE.

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Caravaggio. (Serie TV). (2007). De Angelo Longoni. Italia: EOS Entertainment / GMT Productions / Institut del Cinema Català (ICC) / Televisió de Catalunya (TV3) / Titania Produzioni.

Rembrandt. (1936). De Alexander Korda. Reino Unido: London Films.

Rembrandt. (1999). De Charles Matton. Alemania: Argos Film Produktie / Canal+ / Centre National de la Cinématographie / CoBo Fonds / Cofimage 10 / Eurimages / Filmstiftung Nordrhein-Westfalen / France 2 Cinema / La Sofica Gimages 2 / Netherlands Film Fund / Ognon Pictures / Pain Unlimited GmbH Filmproduktion / Procirep / Televisie Radio Omroep Stichting / Zentropa Productions.

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Artemisia. (1997). De Agnès Merlet. Francia: Première Heure / Urania Film / France 3 Cinéma / 3 Emme Cinematografica / Schlemmer Film / Mediaset.

La joven de la perla. (2003). De Peter Webber. Reino Unido: Archer Street Limited / Delux Productions / Pathé Pictures International.

Goya, historia de una soledad. (1971). De Nino Quevedo. España: Surco Films.

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Goya (Serie TV). (1985). De José Ramón Larraz. España: Televisión Española (TVE) / Isasi P.C / Radiotelevisione Italiana.

Goya en Burdeos. (1999). De Carlos Saura. España: Lolafilms / Italian International Film.

Monvoisin. (2009. Dirección: Mario Velasco. Chile: Magallánica.

Mr. Turner. (2014). De Mike Leigh. Reino Unido: Focus Features International / Film4 Productions / Thin Man Films / Xofa Productions.

Cartas de Sorolla. (2006). De José Antonio Escrivá. España: Canal 9 / De Palacio Films.

Renoir. (2012). De Gilles Bourdos. Francia: Fidélité Films.

Berthe Morisot. (2012). De Caroline Champetier. Francia: K’Ien Productions / France Télévisions / Maybe Movies / Région Limousin / Centre National du Cinéma et de L’image Animée (CNC) / TV5 Monde.

Cézanne y yo. (2015). De Danièle Thompson Francia: G Films.

El loco de pelo rojo. (1956). De Vincente Minnelli Estados Unidos: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM).

Vincent & Theo. (1990). De Robert Altman. Reino Unido: Arena Films / Belbo Films / Central Television / CNC / La Sept-Arte / Radiotelevisione Italiana / Sofica Valor / Telepool / Verenigde Arbeiders Radio Amateurs.

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Van Gogh, a las puertas de la eternidad. (2018). De Julian Schnabel. Estados Unidos. Iconoclast / Riverstone Pictures / SPK Pictures / Rocket Science / Rahway Road Productions. Distribuida por CBS Films.

Gauguin el Salvaje. (1980). De Fielder Cook. Estados Unidos: Nephi Productions Inc.

Lobo Salvaje (Oviri). (1986). De Henning Carlsen. Dinamarca: Caméras Continentales, Dagmar Film Produktion, Radio (DR), Det Danske Filminstitut, Famous French Film, Henning Dam Kargaard, TF1.

El paraíso encontrado. (2003). De Mario Andreacchio. Australia: Adelaide Motion Picture Company, Apollomedia, Grosvenor Park, Le Sabre, Sirena Film.

Gauguin: Viaje a Tahití. (2017). De Edouard Deluc. Francia: Studiocanal.

Moulin Rouge. (1952). De John Huston. Estados Unidos: Romulus / Moulin Productiosns. Distribuida por United Artists.

Toulouse-Lautrec. (1998). De Roger Planchon Francia: Canal+ / CNC / France 3 Cinéma / Les Films du Losange / Studiocanal / Sogetel / Musée Toulouse-Lautrec.

Klimt. (2006). De Raoul Ruiz. Austria: Österreichisches Filminstitut, Filmfonds Wien, Eurimages.

Egon Schiele - Exceso y castigo. (1981). De Herbert Vesely. Alemania del Oeste (RFA): Filmproduktion / Gamma Films / Profinanz Filmproduktion / V-Film Herbert Vesely.

Egon Schiele. (2016). De Dieter Berner. Austria: Novotny & Novotny Filmproduktion GmbH / Amour Fou Filmproduktion / European Film Bonds.

Edvard Munch. (1974). De Peter Watkins. Noruega: Norsk Film / Sveriges Radio.

Los amantes de Montparnasse. (1958). De Jacques Becker. Francia: Franco London Films / Astra Cinematografica / Pallavicini.

Modi. (1989). De Franco Brogi. Italia: Taviani. RAI - Telemax.

Modigliani. (2006). De Mick Davis. Reino Unido: Lucky 7 Productions LLC / Alicéléo / Media Pro Pictures / Bauer Martinez Studios / CineSon Entertainment / Buskin Film / France 3 Cinéma / Frame Werk Produktion GmbH & Co. KG / The Tower Limited Liability Partnership / UKFS / Istituto Luce.

Sin límites. (2008). De Paul Morrison. Reino Unido: APT Films / Aria Films / Factotum Barcelona S.L. / Met Film.

Miss Dalí. (2008). De Ventura Pons. España: Els Films de la Rambla.

Frida, naturaleza viva. (1983). De Paul Leduc. México: Clasa Films Mundiales.

Frida. (2002). De Julie Taymor. Estados Unidos: Miramax.

Sobrevivir a Picasso. (1996). De James Ivory. Estados Unidos: Merchant Ivory / David L. Wolper Productions.

El joven Picasso (Serie TV). (1994). De Juan Antonio Bardem. España: F.O.R.T.A / Canal Sur Andalucía / ETB.

Genius: Picasso (Serie TV). (2018). De Kenneth Biller y Noah Pink. Estados Unidos: National Geographic Channel.

Pollock. (2000). De Ed Harris. Estados Unidos: Sony Pictures Classic.

Georgia O’Keeffe. (2009). De Bob Balaban. Estados Unidos: City Entertainment / Lifetime.

Basquiat. (1996). De Julian Schnabel. Estados Unidos: Miramax International / Eleventh Street Production / Jon Kilik.